Que reconfortante sentir y palpar la unión de dos generaciones, y más aún, en un entorno complicado donde a veces prima la rivalidad o quizás simplemente el individualismo, “pensar para triunfar uno mismo… no importa nada ni nadie más en el círculo”.
Este encuentro breve pero sutil con el Papirri en dos días de concierto, ensayos y palabras, blablablablabla, nos hace pensar que la maravillosa imagen de la música se traduce en amigos incontables y que los círculos dejan pequeñas brechas para que éstos crezcan continuamente. (al decir amigos no nos referimos sólo a los cantautores y compositores, sino a todos los músicos que participaron y le pusieron pilas al asunto)
Hoy después de varios días revivimos al fantasma del teatro Modesta Sanjinés para agradecerle el espacio que nos brinda en las noches de concierto y la luz que desprende cuando hay nuevos encuentros traducidos en nuevos amigos.
Entre 2 Aguas.
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