sábado, diciembre 18, 2010

Mundo del Arte vs. Mundo Comercial (Filosofando ando filosofando)


(por Mau Montero)

Es importante que en este torbellino de información y desinformación todavía nos demos tiempo para generar diálogo y controversia; utilizar la web para hacer tertulia, debate, especulación, etc. Comparto el siguiente problema que desde hace muchísimo tiempo a rondado por mi cabeza y ha sido parte de la charla en reuniones interminables. Como ser humano dedicado al arte, sigo reflexionando al respecto…

Conducir al arte y la cultura por el camino de los intereses comerciales gananciales sólo les puede deparar a ambos un único destino: la decadencia (Lo dijo Pierre Bordeu y lo comparto en plenitud), ya que se reduce tanto la esencia y por ende la calidad de la obra artística al transformarla en una mercancía, como también todo aquello que proporciona su desarrollo; porque el arte y la cultura encuentran su origen en la “libre expresión”, sí, pero vamos un poco más allá, en la expresión real y sincera, así como responsable del artista, y esta expresión no puede someterse a las leyes de un mundo ya planificado y estructurado con tantas artimañas y exigencias como lo es el mundo comercial, que busca lucrar con todo lo que se le ponga en frente. “El mundo de lo ‘comercial’ siempre será lo contrario de lo que se entienda por arte”. Los grupos de gente que manejan este imperio deciden lo que escucharemos y lo que bailaremos y lo que vestiremos en el siguiente año o en el próximo cambio de estación.

En contraparte leí otro artículo al respecto que mencionaba que la lógica de la ganancia aplicada al arte y a la cultura no implica un deterioro, ya que si el arte y la cultura son “consumidas” masivamente no es porque sus raíces están sujetas a las grandes mentes del mundo comercial (ganancial) sino porque forman parte de “la expresión de las preferencias promedio del público” o del pueblo o de la mayoría (algo así dijo Vincent Tournier) esto podría sonar convincente si llegamos a la conclusión de que arte y cultura cuentan con capacidad para reflejar elementos de la vida misma, permitiendo al público identificarse con las obras.

Sin embargo mantengo la posición respecto de que los fines netamente lucrativos que son los del sistema comercial mundial deterioran las actuales producciones artísticas y las condenan a nos ser parte de la cultura de masas. El arte deja de ser lo que es “libertad y expresión sincera” al pensarse y convertirse en un producto de consumo, puesto que a la hora de crear el objetivo o concebir la obra, el fin es lograr la máxima ganancia a corto o largo plazo, “mercantilismo y capitalismo”, jamás tendrán una verdadera conexión con el significado del arte: mostrar a la humanidad lo verdadero, lo falso, lo bello, lo trágico, el espanto y la ternura y todos los ingredientes de la vida que hacen a uno sentirse vivo y real; todos los elementos diversos de nuestro entorno pueden ser canalizados por el máximo medio de expresión que tiene la humanidad “EL ARTE” . El consumo masivo al que se refiere Tournier es sólo una cuestión de moda implantada por una “industria cultural”, ya que, en estos días, lograr publicar un cd o dvd de música, bien producido, un poemario, una novela o exponer una pintura o escultura, implica que el autor o el artista deba “vaciar sus bolsillos”, endeudarse, etc. Damas y caballeros, eso pasa en Bolivia y en cualquier parte del mundo. ¿Cuántas obras encontraron un público masivo luego de caer en las redes de los intereses lucrativos que la convirtieron en una mercancía rentable gracias a la publicidad y marketing que la apoyaban? Seguro que muchas, y no procuro ir en desmedro de estas pues sería un craso error. Sin embargo estoy seguro que no es el camino adecuado para las proyecciones del arte, ni en Bolivia ni en ningún otro lado del planeta.

Finalmente, si el arte y la cultura hoy en día están siendo dominados por las manos de un universo comercial, que inunda la pantalla de los televisores, que procura ganar espacios en internet (que es donde más competencia dura y real tiene), los programas de radiodifusión, e incluso el medioambiente en el que nos movemos día a día, donde nos clavan letreros (gigantografías) y banners, todo publicitando el mundo comercial, el mundo de la manipulación de la moda, miles de estrategias destinadas a difundir lo que vende, lo que genera réditos económicos, y entonces sí somos testigos de una decadencia cultural y artística, tal como Bourdieu y Yo sostenemos (wow). Pero por otro lado, Dándole el chance a Tournier (doble wow), si una obra es admirada y consumida masivamente, ¿será posible creer que el arte ha podido encontrar nuevas vías de desarrollo y a su vez ganado un espacio en el viejo “terreno enemigo” de lo comercial?
¿Dónde queda el arte? ¿Cómo debería valorarse el arte? etc., etc… parecen las clásicas preguntas del inicio de la filosofía, y que de igual manera no terminamos de responder.
Filosofando ando filosofando…

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